Esta historia ocurrió después de que el Señor Jesucristo murió y está ahora en el cielo. Les dio autoridad a sus discípulos de sanar a los enfermos y mostrarles el camino a la vida eterna a través del Señor Jesucristo.
Mientras estaba en la tierra, el Señor Jesucristo tuvo doce discípulos. Sus nombres eran: Pedro, Andrés, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, el hijo de Alfeo; Simón, y Judas, el hijo de Santiago; y Judas Iscariote.
Aquí está una historia real sobre como dos de los discípulos llamados Pedro y Juan hicieron un poderoso milagro y sanaron un hombre que no podía caminar.
Pedro y Juan estaban en Jerusalén. Eran como las tres en punto de la tarde. Pedro y Juan iban de camino al templo. (Un templo es un lugar de adoración para el pueblo judío.) Iban a orar a Dios ahí.
Al mismo tiempo que Juan y Pedro iban hacia el templo, cierto hombre, que era cojo de nacimiento, estaba siendo cargado a la puerta del templo. Este cierto hombre, desde el momento en que nació, no podía caminar.
La Biblia nos dice que, todos los días, se ponía en la puerta del templo pidiendo dinero. Él necesitaba dinero para comprar alimento. Y eso es exactamente lo que estaba haciendo un día hasta que vio a Pedro y a Juan. Él no sabía quiénes eran ellos, que hacían, o que tenían una persona muy especial en sus vidas.
Lo único que este cierto hombre cojo sí sabía era que necesitaba dinero para vivir. Entonces cuando Pedro y juan pasaron por ahí, y él les dijo a ellos: “Dinero para el cojo, dinero para el cojo.”
Pedro y Juan se detuvieron y pusieron sus ojos en este triste hombre cojo, y le dijeron a él: “Míranos.” El cojo obedeció y miró a Pedro y Juan, pensando que recibiría dinero de ellos.
Pero Pedro le dijo: “Plata y oro, no tengo, pero lo que tengo, te doy. En el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda.”
Y Pedro tomó al cojo por la mano derecha y lo levantó. De inmediato, los pies y tobillos del cojo recibieron fuerza. ¡Este cojo estaba caminando ahora! ¡Un milagro!
Entró con Pedro y Juan al templo. ¡El estaba caminando, saltando y alabando a Dios!
Todos lo vieron caminando y alabando a Dios. Sabían que era el mismo hombre que pedía dinero.
Las personas estaban llenas de asombro y admiración. ¿Y el que una vez fue cojo? Lo último que vieron de él, fue que estaba con Pedro y Juan, ¡caminando y saltando y adorando a Dios!
No tengo plata ni oro, más lo que tengo, te doy: en el nombre de Jesucristo de Nazaret, ¡levántate y anda!
Hechos 3:6 (VRVA)
Siervos Poderosos del Dios Vivo
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