EL CAMINO A EMAÚS

Queridos niños, esta es una historia real sobre el Señor Jesucristo. El Señor Jesucristo fue crucificado (clavado a una cruz hecha de madera). El Señor Jesucristo murió en esa cruz por nuestros pecados. Fue enterrado, y después del tercer día, según la Biblia, el Señor Jesucristo resucito de los muertos.

El ahora está vivo y sentado a la diestra de Dios, su Padre celestial. Esta historia ocurrió justo después de que el Señor Jesucristo resucitó. Todos los que llegaron a conocer y a amar al Señor Jesucristo estaban muy tristes. Pensaron que nunca más lo verían otra vez. Su mundo entero se desmoronó el día que el Señor Jesucristo murió.

Chicos y chicas, en Israel, hay una aldea llamada Emaús. Dos de los discípulos del Señor Jesucristo estaban caminando juntos en el camino que conducía a la aldea de Emaús.

Estos dos discípulos del Señor Jesucristo estaban conversando sobre todas las cosas que le pasaron al Señor Jesucristo, tales como la forma en que murió tan cruelmente en una dura cruz de madera en medio de dos ladrones y cómo fue enterrado en un sepulcro nuevo que pertenecía a un hombre rico llamado José. José amaba al Señor Jesucristo.

Yo supongo, chicos u chicas, que ellos pensaron que nunca más verían al Señor Jesucristo otra vez. ¿No nos sentiríamos de la misma manera?

Mientras estaban conversando el uno al otro sobre estas cosas que le pasaron al Señor Jesucristo, ¿qué creen que pasó?

Pues, chicos y chicas, ¡la Biblia nos dice que el Señor Jesús mismo vino a ellos y caminó con ellos en el camino a Emaús! ¿Y saben qué? ¡Los dos discípulos del Señor Jesucristo no sabían que era el Señor Jesús quien los acompañó! No pudieron ver con sus ojos que ciertamente era el Señor Jesucristo.

Imagin de Jesús en el camino a Emaús

El Señor Jesús les dijo a ellos: “¿De qué están conversando ustedes dos mientras caminan? ¿Por qué están tan tristes?

Uno de los discípulos del Señor Jesucristo llamado Cleofás respondió al Señor Jesús y dijo: “¿Eres extranjero en Jerusalén? ¿No sabes las cosas que han pasado aquí?” (El Señor Jesucristo murió en una cruz en un lugar fuera del campo de Jerusalén llamado Gólgota, que significa “el lugar de la calavera.”)

El Señor Jesús dijo: “¿Qué cosas han pasado aquí?”

Los dos discípulos respondieron: “Todo lo referente a Jesús de Nazaret, quien era un profeta, poderoso en milagros y poderoso en predicar y enseñar ante Dios y todo el pueblo.

“Los principales sacerdotes del pueblo judío y nuestros gobernantes entregaron al Señor Jesucristo para ser asesinado en una cruz entre dos ladrones.

“Estamos muy tristes porque pensábamos y esperábamos que el Señor Jesucristo fuera nuestro Mesías, nuestro Salvador, nuestro Redentor, para todo Israel. Y además de todo esto, hoy es el tercer día desde que estas cosas terribles le fueron hechas al Señor Jesús.”

¿Recuerdan, chicos y chicas, que el Señor Jesucristo dijo que El resucitaría de entre los muertos al tercer día?

Los dos discípulos siguieron hablando al Señor Jesucristo y dijeron: “¡Ciertas mujeres de nuestro grupo nos asombraron! Fueron temprano al sepulcro donde estaba sepultado el Señor Jesús. ¡No encontraron el cuerpo del Señor Jesús! Pero si vieron ángeles que les dijeron: ‘¡El Señor Jesucristo vive!

“Otras personas que estaban con nosotros corrieron al sepulcro, y no vieron el cuerpo del Señor Jesús tampoco, pero tampoco vieron ningún ángel como las mujeres.”

Entonces el Señor Jesús le dijo a sus dos discípulos: “¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿Acaso no leisteis en las Sagradas Escrituras de los profetas de como el Señor Jesucristo tendría que padecer todas estas cosas y luego entrar en su gloria?”

Chicos y chicas, el Señor Jesús le explicó a los dos discípulos, empezando por Moisés y los profetas, todo sobre El mismo y todo lo que pasaría y debe de pasar para que vayamos al cielo.

Cuando los dos discípulos del Señor Jesús y el Señor Jesucristo mismo vinieron a la aldea de Emaús, el Señor Jesús siguió caminando. Los dos discípulos le rogaron al Señor Jesús diciendo: “Por favor quédate con nosotros, porque está atardeciendo, y el día ya ha declinado.”

El Señor Jesús se quedó con ellos. Ellos aún no sabían que era el Señor Jesucristo mismo que estaba con ellos todo este tiempo.

Y aconteció que mientras el Señor Jesucristo se sentó a comer con ellos; el Señor Jesús tomó el pan y lo bendijo y lo partió y se lo dio a ellos.

En ese momento, chicos y chicas, sus ojos fueron abiertos, y ellos reconocieron al Señor Jesucristo. Supieron en ese momento que era el Señor mismo.

El Señor Jesús se desvaneció de ellos. Se desapareció ante ellos. Los dos discípulos se dijeron entre sí: “¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras—Escrituras sobre El mismo?”

Chicos y chicas, ¿por qué el Señor Jesucristo sufriría tanto y después murió en una cruz por nosotros? Debe haber una razón. Juan 3:16 nos dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros mientras nos hablaba en el camino, cuando nos abría las Escrituras?
Lucas 24:32 (ESV)

Siervos Poderosos del Dios Vivo

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