Chicos y chicas, esta es una historia real sobre un fariseo llamado Nicodemo. Un fariseo era un líder religioso en Israel. Le enseñaba al pueblo judío las leyes de la Biblia. Esta historia comienza cuando un fariseo llamado Nicodemo vino a ver al Señor Jesucristo en la noche. Nicodemo quería saber más acerca del Señor Jesucristo.
Cuando Nicodemo encontró al Señor Jesús, le dijo: “Rabí, sabemos que tú eres un maestro que ha venido de Dios, pues nadie puede hacer los milagros que tú haces a menos que Dios esté contigo.”
El Señor Jesucristo miró a Nicodemo, y con todo el amor que el Señor Jesús tenía, le dijo: “En verdad te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de los cielos.”
Nicodemo no entendía que el Señor Jesucristo estaba hablando del alma preciosa misma de Nicodemo. Nicodemo pensaba que estaba hablando de nacer de nuevo en la tierra como nace un niño.
Nicodemo dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo ya viejo? ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y nacer?”
Amorosamente, el Señor Jesús respondió: “De cierto, de cierto, te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es, y lo que es nacido del Espíritu, Espíritu es.”
Chicos y chicas, el Señor Jesucristo le estaba diciendole a Nicodemo que con la ayuda del Espíritu Santo, pueden pedirle al Señor Jesucristo entrar a su corazón. Nicodemo estaba asombrado de que el Señor Jesús dijera: “Debes nacer de nuevo.”
Nicodemo pensó que porque era un líder religioso del pueblo judío y que obedecía las leyes de la Biblia, se iría al cielo.
Pero eso no es verdad. Deben nacer de nuevo. Deben nacer desde lo alto. Deben pedirle al Señor Jesucristo que entre en su corazón. El Señor Jesús vio que Nicodemo estaba sorprendido y asombrado con su respuesta, y entonces el Señor Jesucristo le dijo a Nicodemo: “No te asombres de que te haya dicho: ‘Os es necesario nacer de nuevo.’”
Para ayudar a Nicodemo entender las cosas de Dios, cosas que no se ven con sus ojos ni se tocan con sus manos, el Señor Jesucristo usó el viento como un ejemplo. El dijo: “Nicodemo, el viento sopla hacia donde quiere. Oyes el sonido del viento, pero no lo puedes ver. No sabes de donde viene ni hacia dónde va. Cuando naces de nuevo, el Espíritu Santo viene a tu vida y se queda ahí. No puedes verlo, pero está ahí.”
Nicodemo le dijo al Señor Jesús: “¿Cómo puede suceder esto? No entiendo.” Nicodemo estaba ciego espiritualmente y necesitaba que el Señor Jesucristo viniera a su corazón.
El Señor Jesús dijo: “Nicodemo, ¿Cómo puedes ser un maestro del pueblo judío sin saber de estas cosas?” El pobre Nicodemo estaba perdido sin el Señor Jesús, al igual que muchos de nosotros hoy.
El Señor Jesús le dijo: “De cierto, de cierto, te digo que hablamos lo que sabemos.”
Chicos y chicas, el Señor Jesucristo estaba hablando sobre Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. La Biblia nos dice que han estado aquí desde el principio, incluso antes de que la tierra fuese creada. El Señor Jesús continuó, diciendo, “Sabemos lo que significa nacer de nuevo, pero tú, Nicodemo, no aceptas lo que estamos diciendo. Ahora, Nicodemo, si te hablo sobre las cosas de la tierra, cosas que puedes ver con tus ojos y tocar con tus manos, y no me crees, ¿cómo pues, vas a creerme si te hablo sobre las cosas del cielo que no puedes ver con tus ojos ni tocar con tus manos? Nicodemo, de tal manera amó Dios al mundo que dio a su único Hijo, para que todo aquel que crea en El no se pierda más tenga vida eterna.”
Chicos y chicas, Nicodemo sí nació de nuevo. Le pidió al Señor Jesucristo que viniera a su corazón. Empezó a entender las cosas profundas de Dios.
Y ustedes? ¿Saben que su alma es muy preciosa para Dios? ¿Saben que cuando mueran, su alma seguirá viviendo eternamente? Vivirá ya sea en el cielo o en el infierno. Lo más importante que pueden hacer en su vida es pedirle al Señor Jesucristo que venga a su corazón y a su vida. Si le piden que venga a su corazón, les dará un corazón nuevo, una vida nueva y un hermoso hogar en el cielo. Vivirán eternamente con El. ¿No le pedirán que venga a su corazón hoy? El está esperando para entrar. ¡El les ama muchísimo!
Os es necesario nacer de nuevo
Juan 3:7 (ESV)
Siervos Poderosos del Dios Vivo
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