ADAN Y EVA

“En el principio, Dios creó el cielo y la tierra.” Así empieza la Biblia. El primer libro de la Biblia se llama Génesis. Génesis significa “principios.” Del libro de Génesis, aprenderemos como Dios hizo el primer hombre y la primera mujer.

Empecemos: A Dios le tomó seis días para crear o hacer todo lo que vemos hoy y también lo que no podemos ver. Algunas de las cosas que no podemos ver son todas las estrellas, todos los planetas e incluso el viento. La Biblia nos dice que en el primer día, Dios hizo la luz, y llamo a la luz “Día.” Llamó a la oscuridad “Noche.”

En el segundo día, Dios hizo los cielos. Los cielos separaban al agua que estaba sobre los cielos y debajo de los cielos.

En el tercer día, Dios hizo el suelo seco y lo llamó “Tierra.” Unió todas las aguas y las llamó “Mares.” También hizo toda la vida vegetal como el pasto, árboles, flores, y mucho, mucho más.

En el cuarto día, Dios hizo el sol, la luna y las estrellas. Las puso en el cielo. Hizo el sol para que brillara en el día, y la luna y las est relias para que brillaran en la noche.

En el quinto día, Dios hizo la vida animal. El hizo todos los animales que viven en el mar y todos los insectos voladores y los pájaros que vuelan en el cielo. El bendijo estos animales y los mandó a multiplicarse y a llenar toda la tierra.

En el sexto día, Dios hizo todos los animales terrestres. Estos son los animales que viven en la tierra, como vacas, caballos, elefantes, leones y tigres. ¿Puedes pensar en algunos más? También hizo cada pequeño insecto y cada pequeño gusano que se arrastra a lo largo de la tierra o vive en el suelo.

Dios vio que todo lo que El había creado era bueno. Dios también creó algo más en el sexto día que fue muy, muy especial. ¿Sabes lo que fue? Él creó al hombre a su semejanza. Eso significa que Él le dio al hombre algunas cosas que Él también posee—cosas tales como sentimientos, una mente para pensar, una voluntad de hacer cosas diferentes y mucho más. Le dio al hombre dominio sobre todos los peces en el mar, las aves en el cielo, los animales sobre la tierra y todo pequeño bicho, insecto y gusano que se arrastra, desliza o vuela. Él le dio al hombre todas las plantas que dan fruto o semilla. Dios puso al hombre a cargo de todo sobre la tierra.

En el séptimo día, el Señor Dios descansó de todo su trabajo. El bendijo el séptimo día y lo hizo un día sagrado de reposo. Dios estaba complacido con todo lo que había creado. Cuando el Señor Dios hizo al hombre, lo creó del polvo de la tierra. Dios sopló al hombre el aliento de vida y el hombre se convirtió en un alma viviente.

Dios trajo todos los animales a Adán para ver como los llamaría. Dios quería que Adán nombrara a los animales y le dio dominio sobre todos los animales. El Señor Dios plantó un huerto en la parte oriente del Edén y ahí fue donde puso al hombre. En medio del huerto, había un árbol llamado el Arbol de Vida y otro llamado el Arbol del Conocimiento del Bien y del Mal. También había un rio que fluía de este huerto de Edén y se dividía en cuatro partes: Pisón, Gihón, Tigris y Eufrates.

El puso al hombre en este huerto de Edén para que lo cuidara. Le ordenó al hombre: “De todo árbol del huerto podrás comer, pero del árbol del Conocimiento del Bien y del Mal no comerás. El día en que comas del árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, ciertamente morirás.”

Chicos y chicas, podemos ver hasta ahora que por no haber pecado, no hay muerte. El hombre iba a vivir eternamente en este jardín de Edén. El Señor Dios dijo, “No es bueno que el hombre esté solo. Le haré una ayuda idónea.” Dios iba a hacerle una amiga y ayuda a Adán. Dios puso a Adán en un muy profundo sueño. Mientras Adán dormía, Dios tomó una de las costillas de Adán y lo cerró con piel. Dios tomó después la costilla de Adán y de la costilla, hizo una mujer.

Dios trajo la mujer a Adán.

Adán dijo: “Esta es ahora hueso de mis huesos, y carne de mi carne; ella será llamada ‘Mujer’, porque del hombre fue tomada. Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Así fue como empezó el primer matrimonio.

A Dios le es honroso el matrimonio. Adán llamó a su nueva esposa “Eva,” pues ella era la madre de todos los vivientes.

Y el hombre y la mujer no tenían ropas sobre ellos, y no se avergonzaban. (Porque aún no habían pecado, no había nada de qué avergonzarse.)

Había un animal en el huerto que era muy hermoso y delicado. Este animal se llamaba serpiente. El diablo vino a la serpiente. La serpiente dijo a la mujer: “¿Os ha dicho Dios realmente: ‘No comáis de todo árbol del huerto’?”

La mujer respondió: “Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: ‘No comeréis de él, ni lo tocaréis, o moriréis.’”

Y la serpiente dijo: Ciertamente no moriréis. Pues Dios sabe que el día que comáis de ese árbol, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios. Conoceréis el bien y el mal.”

imagin de persons y arbol

Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió; y dio del fruto a su marido y él comió también. Ellos creyeron más en las mentiras del diablo que en lo que Dios su Creador les dijo.

Los ojos de Adán y su esposa, fueron abiertos, y conocieron que estaban desnudos. Se sintieron avergonzados y pronto cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales.

Y oyeron la voz de Dios que se paseaba en el huerto al fresco del día. Adán y Eva se escondieron entre los árboles. No querían que Dios los encontrara. Dios sabe exactamente donde estás en todo tiempo— no te puedes esconder.

Y el Señor Dios llamó a Adán, y le dijo: “¿Dónde estás?” Y Adán respondió: “Escuché tu voz en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.” Y Dios le dijo: “¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no tocases o comieses?” Y el hombre respondió: “La mujer que tú me diste, ella me dio del fruto de ese árbol, y yo comí.”

Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: “¿Qué es esto que has hecho?”

Y la mujer respondió: “La serpiente me engañó, y yo comí.”

Recuerdas quien entró a la serpiente? El diablo puede hacer muchas cosas para que pienses que él es bueno, pero la Biblia nos dice muchas, muchas veces que el diablo es perverso. Es el padre de las mentiras.

Y el Señor Dios dijo a la serpiente: “Por cuanto has hecho esto, eres maldita sobre todos los animales de la tierra, sobre tu vientre te arrastrarás, y el polvo sobre el que te arrastres será tu alimento.”

El Señor Dios le dijo estas palabras al diablo: “Serás el enemigo de toda la humanidad. Serás el enemigo de todo el que me ame. Al final, Satanás, ¡serás derrotado!”

Dios dijo a la mujer: “Añadiré en gran manera a tus problemas. Con dolor tendrás hijos; tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti.”

Dios dijo a Adán: “Por cuanto has escuchado a tu esposa y comiste del árbol del que te ordené no comer, en tristeza y dolor trabajaras la tierra. Pues ahora, la tierra será maldita por tu causa y tendrás que trabajar muy, muy duro para comer y vivir en esta tierra. La tierra ahora producirá espinos y abrojos. Trabajarás con sudor y dolor todos los días de tu vida hasta que mueras. Cuando mueras, volverás a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

(Aquí, el Señor Dios se refiere al cuerpo, no al alma. La Biblia nos enseña que el alma vive eternamente en el cielo o en el infierno. La decisión es tuya.)

Dios aún amaba mucho a Adán y Eva. Le hizo a cada uno un abrigo de pieles de animales. Dios mató a los animales para vestir a Adán y a Eva. El Señor Dios dijo: “Mirad, el hombre es como nosotros. Ahora que sabe bien y el mal. Si come del Arbol de Vida vivirá para siempre.”

El Señor Dios mandó a Adán y Eva lejos del huerto, y puso un querubín con una espada encendida que giraba en todas direcciones para guardar el camino del Arbol de Vida.

Debió ser doloroso para el Señor Dios tener que enviar lejos a Adán y Eva. Pero Adán y Eva tomaron la decisión de desobedecer a Dios aunque Dios les dio todo lo que pudieran desear o necesitar.

El Señor Dios nos ama a cada uno de nosotros muchísimo también. Por eso es que envió a su Hijo, su único Hijo, a morir por nosotros en una cruz. Se llevó nuestros pecados a la cruz para que podamos vivir eternamente con El en el cielo. Al igual que Adán y Eva, la decisión es tuya.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Juan 3:16 (VRVA)

Siervos Poderosos del Dios Vivo

Copyright © 2016 Lois M. Bitler. All rights reserved.
Índice del libro y derechos de autor

Libros Mayalink